sábado, 14 de marzo de 2015

EN EL SET DEL VIDEOCLIP: ‘ROCK WITH YOU’

Por: ♥Anaitat♥

Kate Simón y yo éramos los corresponsales en Nueva York del periódico musical británico “Melody Maker” a finales de los 70. (…) En invierno de 1980, nuestro editor nos pidió que voláramos a Los Ángeles, como cortesía de la jefa de relaciones públicas de Epic Records, Susand Blond. Nuestra misión: contarle al mundo en lo qué había sido de Michael Jackson, al que la mayoría no había visto en TV desde que era un niño guapo de 11 años en los Jackson 5. Los Jacksons habían ido menguando, pero Michael acababa de publicar ‘Off The Wall’, su primer LP en solitario desde que dejó Motown.
La primera pista de que esto no se parecería a otros encargos fue cuando sonó mi teléfono y me sorprendió la voz aterciopelada de Michael Jackson. Michael tenía sus reglas para nuestra entrevista. Quería que su hermana de 13 años, Janet – por entonces actriz en la serie de TV ‘Good Times’ – se uniera a nosotros. Quería que yo dirigiera las preguntas a ella y esperara a que ella se las repitiera a él. Y sólo entonces él me contestaría. Esta extraña combinación de extrema timidez y rígido control era lo que se sentía al trabajar en el mundo de Hollywood.
Kate y yo nos alojamos en el Tropicana, en lugar del lujoso Beverly Hills Hotel que nos habían ofrecido porque, típico en ella, Kate iba a la búsqueda de nuevas bandas en lugar de estrellas de TV. Desafortunadamente, la regla de Jackson de la mañana siguiente fue impactante: pidieron que Kate no fuese a la entrevista. Estoy seguro que no fue nada personal contra Kate, simplemente más control de la imagen. Querían fotos expresivas de Michael actuando, no sentado en un sofá vestido como Mr. Rogers. Pero fotografiar a un artista en su propio mundo lo es todo para un fotógrafo, y le dolió que la dejáramos atrás cuando me llevaron a la casa de la familia en San Fernando Valley.
Nos acercamos a una puerta metálica y llamamos al telefonillo mientras los habitantes dejaban que el Doberman corriera por el jardín. En la entrada de la impresionante casa de una planta había un Rolls y un par de Mercedes aparcados, pero lo que hablaba de la familia (creo que Michael todavía no era dueño de la casa) era una rulot aparcada bajo una canasta de baloncesto. La pequeña Janet contestó a la puerta con una gran sonrisa amigable (…) Michael se unió a nosotros, con aspecto de ser un joven normal, dulce y buen chico cuyos grandes zapatos brillantes negros me recordaron a un bebé que todavía no había crecido del todo. Lo primero que hizo tras darnos la mano fue recordarme que Janet iba a ser nuestra intérprete, y acordamos una entrevista de dos horas. Empecé a preguntarle por Quincy Jones, lo que estaba dentro de la zona de confort de Michael. Janet era adorable (cuando Michael se crujía los nudillos nerviosamente, ella le reprendía con dulzura como una pequeña madre), y por suerte tras unos quince minutos, él comenzó a disfrutar de nuestra conversación tanto que se le olvidaron las reglas y comenzó a tener contacto visual y a contestar directamente.
Kate consiguió finalmente acceder a la sesión de estudio en la que Michael grababa el vídeo de ‘Rock With You’. Siento mucho no recordar casi nada de aquello, excepto que éramos los dos únicos de fuera que había allí. (Posiblemente pasé demasiado tiempo viendo trabajar a Kate). Pero luego me enteré de que la portada de ‘Melody Maker’ con la foto de Michael que hizo Kate, estuvo durante años enmarcada en la pared del cantante, así que debió satisfacerle.
En el vídeo final, puedes ver a Michael con el body brillante que llevaba durante su actuación. Lo que no se ve es a Kate Simón gesticulando y disparando en la oscuridad tras su cámara.
[Stephen Demorest]
Entrevista de Gillian McCain a Kate Simon
Hola Kate.
Hola Gillian.
Estamos aquí para hablar de aquel día de 1980 cuando fotografiaste a Michael Jackson durante la grabación de uno de sus vídeos del disco ‘Off The Wall’.
Michael Jackson era un sujeto muy interesante y distinto a cualquier otra persona a la que haya fotografiado en mi vida. Una cosa que me llamó la atención fue la curiosidad de la quietud de Michael entre tomas. Cuando no estaba actuando se quedaba como en una nube de timidez que no le dejaba interactuar con la realidad en el mismo plano que el resto de nosotros. Pero cuando sonaba la música, y cantaba y bailaba, era como ver a otra persona totalmente distinta cobrar una vida, una energía, una confianza e incluso una conciencia de sí mismo que me impactó al presenciarlo desde el visor de mi cámara.
¿Ser un buen modelo para la cámara depende de ser consciente de ser uno mismo?
Ser un buen modelo para la cámara es conocerte a ti mismo. Es interacción humana, y habla del respeto al fotógrafo y al respeto de uno mismo. Como fotógrafa de retratos es importante que tanto el modelo como tú os abráis el uno al otro y confiéis en el otro rápidamente.
¿Fue interesante en fotografiar a Michael Jackson al no haberle conocido antes de la sesión?
Sí. Posiblemente por su timidez, algo que no me daba cuando bailaba. Fue curioso ver su autonomía y cómo se centraba en sí mismo y se llenaba de potencia cuando bailaba. Nunca había visto a nadie como él.
¿Cuáles fueron las circunstancias que te llevaron a fotografiar a Michael aquél día en un sitio tan cerrado?
Trabajaba para ‘Melody Maker’, una publicación musical británica, como fotógrafa para América por entonces. Susan Blonde de Epic Records International me envió junto a Stephen Demorest a Los Ángeles para que hiciera fotos de Michael, y que él le entrevistara. (…)
¿Tenías ganas de fotografiar a Michael, o era simplemente otro encargo pagado para ti?
En ese momento de mi carrera me solían enviar a L.A., y era sólo otro encargo. Tengo que ser honesta. Epic nos ofreció alojarnos en el Hilton, pero dije “De eso nada, nos quedaremos en el Tropicana”. Y a día de hoy Steve todavía me guarda rencor porque había una banda de heavy metal de fiesta toda la noche y teníamos que levantarnos temprano para ir a la grabación del vídeo. (…)
¿Supiste como iba a ser todo antes de ir?
Ninguno de los dos sabíamos qué ocurriría. Mi trabajo era básicamente fotografiar a Michael para esos dos videoclips. Eso era cuando la industria musical era muy divertida. Fuimos al estudio y allí no había nadie. Habían preparado los escenarios para que Michael grabara los videos de “Rock With You” y “She’s Out of My Life” Sólo estaban Michael, mi compañero Stephen Demorest, que tenía que entrevistar a Michael al día siguiente y el manager de Michael que se quedó detrás de mi vigilando como un halcón. Recuerdo que había muy buena iluminación. Creo que esas fotos tienen mucha alma y son evocadoras. También había una maquilladora y un par de técnicos. Éramos menos de diez personas allí.
Debió ser increíble verle trabajar desde tan cerca
A mí se me paró la respiración. Cada movimiento que hacía era perfecto. Él lo disfrutó mucho y se le veía realmente feliz. Pensé para mí misma que tenía un aspecto fantástico.
¿Te dieron alguna directriz específica para las fotos o te dijeron dónde colocarte?
En realidad no. Yo elegí el sitio, que era a unos tres metros de él junto a la cámara. Mi trabajo estaba claro, asegurarme de que todos los aspectos técnicos estuvieran correctos para tomar las mejores fotos posibles, que supuso un gran desafío debido a los fotos y las luces láser que rebotaban en su traje de lentejuelas. La luz iba a todas partes, pero conseguí capturar a Michael en su momento de mayor energía y potencia, creo que las fotos que tomé capturaron aquella energía.
¿Hablaste con Michael mientras tanto?
No. Era su espectáculo. Era difícil articular palabra ante alguien tan bueno. Cada movimiento era muy preciso y le guiaba perfectamente al movimiento siguiente. Era fascinante ver a Michael actuar con esa alegría plena. Michael sabía cómo quería presentarse ante el mundo. Y fue como si la magia que tenía dentro fuese canalizada a través de su cuerpo hacia el cosmos. Ver bailar a Michael fue como presenciar toda historia completa del baile.
 ¿Cuándo hablaste finalmente con él?
Tras la sesión en el estudio, fuimos a una sala pequeña, y yo me puse a recoger mis cámaras, y no me quería ir simplemente diciendo adiós. Eso habría sido un poco maleducado. Así que le dije a Michael “Bueno Michael, te sentirás bien, todo ha ido muy bien”. Quería decírselo antes de salir. Era curioso que él se mostraba socialmente tímido y su voz era muy suave y me dijo “Bueno… Kate… sabes…” y más o menos se fue. Conseguí algunas buenas fotos buenas en esa sala antes de irme que son buenos retratos. La habitación era pequeña, como de 4×2 metros y él estaba sentado en un sofá para las fotos.
Qué experiencia tan increíble debe ser haber tenido la oportunidad de fotografiar a Michael en ese momento y lugar…
¿Sabes? fue realmente una experiencia increíble y puedes sentir su alegría y entusiasmo en las fotos.

REY DEL ESTILO: BOTAS SABATÓN

Por: ♥Anaitat♥

Continuamos con el Capítulo Nº 8:
BOTAS SABATÓN
Un sabatón es la parte de la armadura de un caballero que cubre los pies. Pero no supimos esto hasta que Michael nos envió a Londres a ver armaduras en 1991.
“Necesito unos zapatos de metal con los que pueda bailar”, nos dijo cuando volvimos del viaje.
Michael quería unas botas sabatón pero sabíamos que si el metal no se doblaba, podía ser doloroso de usar y difícil para caminar y bailar.
Hablamos con gente que conocíamos en efectos especiales y utilería. Les dijimos que estábamos haciendo unas botas totalmente de metal que pudieran unirse a unas Beatle de piel. “Eso no se puede hacer, el metal no cede. No podrá doblarse en el contorno del pie”, decían.
Pero persistimos. Dennis pasó semanas estudiando libros y dibujando diagramas hasta que descubrió un modo de hacer ceder al metal.
Con los dibujos en la mano, nos encontramos con Michael en Record One, en Sherman Oaks, donde estaba grabando. “He averiguado cómo hacer unas botas de metal con las que puedas bailar”, le dijo Dennis a Michael enseñándole el trozo de papel. “Echa un vistazo”.
Michael lo miró pretendiendo entender detrás del análisis y la ciencia que había detrás del dibujo de Dennis. “Tienes cuatro semanas”, dijo escribiendo la fecha bajo el dibujo. No teníamos idea si las necesitaba para algo y, en realidad, no importaba. Todo lo que importaba era que teníamos cuatro semanas y el reloj había empezado a correr.
Para tomar las medidas de los pies de Michael hicimos moldes de sus pies y un zapatero hizo unas botas Beatle de piel. Después de cubrirlas con aluminio, Dennis marcó con rotulador líneas verticales en los lugares donde se mueve el pie: en la línea de los dedos y en el tendón de Aquiles. Después las cortó con una cuchilla y usó las piezas como patrones para unas nuevas piezas que se harían de metal. Hizo agujeros en estas nuevas piezas y las unió con alfileres de cristal.
Cada pieza de metal tenía de un cuarto a un octavo de pulgada de espesor, en sentido descendente desde el tobillo hasta los dedos, solapándose unas a otras como las tejas de una casa. Esto permitía a cada pieza de metal deslizarse bajo la que tenía sobre ella y permitiendo así al pie doblarse, al mismo tiempo que creaba la ilusión de metal sólido.
El primer prototipo tenía la puntera cuadrada pero, cuando se lo enseñamos a Michael en Record One, dijo que prefería una puntera más fina para alargar el pie.
Dennis se guardó su primera respuesta, solo apropiada para que la escuchara el diablo, y con el tono de un soldado recibiendo órdenes dijo: “Estaré de vuelta en unos días”. Dennis tuvo que empezar desde el principio con un nuevo par de botas con la punta afilada, que terminó en solo tres días.
Antes de hacerlas en plata, Dennis quería saber si Michael podría usarlas confortablemente. Sería muy caro y arriesgado cortarlas en plata solo para comprobar que no podía usarlas. Lo comprobó haciendo un prototipo en acero de calibre 18, que pesaban 4.5 kg.
Estábamos en el Hotel Madison, en Washington, solo unas horas antes de la visita de Michael a la Casa Blanca. Mientras se las daba, Michael las miraba como si fueran un regalo de Navidad, dándoles la vuelta por todos lados, fascinado por el modo en que la bota de piel estaba oculta bajo el acero. Se quejó de la dureza del metal, diciendo que parecía que lo habíamos sacado de una chatarrería, y le recordé que las de verdad serían de plata. Le ayudé a ponérselas y caminando por la habitación se giró y me ofreció su mejor aleluya exclamando: “¡Funcionan!”.
Dennis tardó unas siete semanas en hacer un perfecto par de botas, trabajando con especialistas plateros que le enseñaron. No había espacio para el error. La plata es demasiado cara para tratarla como arcilla. Un error y no hay vuelta atrás. Las soldó, moldeó y cosió de modo que la piel se unió al metal de un modo imperceptible. El producto final daría la impresión de que Michael estaba caminando con zapatos de metal sólido.
Cuando se las presentamos, quedó aliviado al verlas. “Parecen joyas”, dijo, mientras miraba la superficie pulida de las botas. “Sabía que podían hacerlo. Gracias”.

Continuará…
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MICHAEL JACKSON DEJANDO SU FIRMA Y HUELLAS EN "EL PASEO DE LA FAMA" DEL HOTEL RIVIERA

Por: ♥Anaitat♥

Después de 60 años, el Casino y Hotel Riviera en Las Vegas, cerrará sus puertas definitivamente este 4 de mayo de 2015.


En junio de 1984, Michael Jackson dejó su firma, y las huellas de sus manos y pies para el paseo de la fama de celebridades en el Hotel. Pero por alguna razón éstas jamás se expusieron. Después de dos décadas; la piedra que contenía la firma y huellas de Michael fue encontrada en el sótano del Hotel y fue vendida en una subasta.
Acá el vídeo:

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