sábado, 25 de octubre de 2014

NUEVAS IMÁGENES DE PARIS JACKSON 23/10/2014

Por: ♥Anaitat♥

Paris junto a Randy Jackson Jr. Donte Jackson.
Randy compartió esta imagen con el mensaje:
Goin up on a Thursday!!!!


Imágenes recientes:










BRICK PRICE. MIL COMPARTE SUS ANÉCDOTAS A LADO DE MJ

Por: ♥Anaitat♥

Oliver “Brick” Price formó parte del “Dream Team” creador del sueño de Michael Jackson, Neverland. Ello dio lugar a una larga y entrañable amistad entre ambos.
Él cuenta;
Entré en contacto por primera vez con Michael cuando trabajamos en Capitán Eo. A partir de entonces, Laura, mi esposa, y yo fuimos amigos suyos durante unos 10 o 12 años. Ya no recuerdo cuántos.
Estábamos trabajando en un plató de sonido en la puerta de al lado del suyo, en Desilu Studios, Culver City, mientras rodábamos la película “Space Camp” allí. Teníamos una cabina a tamaño real de un transbordador espacial y él estaba apasionado con el Space Program. Así que, un día, cuando todo el mundo se había marchado, visitó el plató. Se volvió loco por estar en el transbordador. Parecía un niño tocando interruptores diciendo ¡guau! todo el rato. Fue una respuesta muy gratificante.
Diseñé y construí varias cámaras 3D y era técnico de 3D, por eso tomaba muchas fotografías de lo que pasaba detrás de la escena. Cuando Michael las vio, se convirtió al instante en un aficionado al 3D y desde ese momento fui de las pocas personas que tuvo acceso libre a él y a sus proyectos con una cámara.
Realmente no sabía nada sobre los aspectos técnicos. Le enseñé algunas cosas que hice y construí para él una cámara 3D usando 2 cámaras Nikon. Las imágenes eran asombrosas. Tengo por alguna parte unas 500 u 800 fotografías de Michael detrás de escena en 3D así como en Neverland y en diferentes proyectos. Bueno, le gustó la cámara y le enseñé cómo usarla. Era increíblemente avispado y le cogió el truco enseguida. Le encantaba aprender. Quería que le enseñara cómo construir modelos y jugamos mucho con su enorme diseño en papel de su modelo de tren. Una vez fuimos a comprar algunas imágenes en 3D y le hice un visor para verlas. Le encantaba poder negociar el precio y conseguir un par de dólares de rebaja (risas).
Disfruté de verdad de su compañía por su ingenio, inteligencia, sentido del humor y humanidad. Estaba cómodo con mi familia.
Lo siguiente que recuerdo es estar involucrado en la película “Moonwalker”. Construimos el coche en miniatura para el rodaje de los efectos especiales.
También hicimos el robot en miniatura. Kevin Pike hizo las piezas a tamaño real. Trabajamos bastante con Colin Chilvers, que era un gran tipo, y con Dennis Jones. Fue muy divertido.
También recreé su dormitorio en nuestro plató para la película. Era una réplica exacta de su habitación. No me puso ningún tipo de restricciones. (los retratos, el guante, las chaquetas…)
Puede que ordenara un poco antes de que me dejara caer por su casa, pero así era. Lo que hice fue sacar Polaroids y fotos en 3D de su habitación mientras lo empaquetábamos todo. Quería que fuera exacta (típico de Mikie). Y le prometí que se lo devolvería todo. A propósito, le llamaba Mikie en broma bastantes veces porque en aquella época había un anuncio que decía: “¡A Mikie le gusta!”.
No filmamos en su propia habitación porque no había suficiente espacio. También por privacidad, para ser sincero.
¡Hay tantos recuerdos de Moonwalker! Me sentaba a menudo con Michael en el trailer y Bubbles estaba con él. Era como tener un niño en la habitación, pero muy tranquilo y con buenos modales; ¡mejores que los de mis propios hijos! Ya había conocido a mis hijos en ese tiempo y ellos realmente le adoraban, por eso íbamos muy a menudo al rancho, incluso antes de que se construyera el parque. Una vez me comentó, y creo que es el mejor cumplido que he recibido jamás, que yo ‘debía ser un gran padre’, basado en lo que él observaba. Se lo agradecí enormemente y realmente me emocionó, porque nos relacionábamos en el terreno profesional y ese fue un momento muy personal. Fue un verdadero honor. Le dije que, por el modo en que le veía comportarse con los niños, esperaba que él los tuviera algún día, porque sentía que sería el mejor padre del mundo. Y por lo que he sabido, así fue. Él apreció mis palabras y pareció emocionarse.
Mi hijo tenía una amiga que le gustaba mucho llamada Ángela, cuando tenía unos 12 años. Un día llegó a casa llorando muy afligido porque le habían diagnosticado cáncer y sólo le daban entre una semana y un mes de vida. Se lo conté a Michael porque me sentía desconsolado por mi hijo, y le di el teléfono del hospital donde se encontraba ella. Los padres y las enfermeras me contaron que su habitación parecía una mezcla entre una floristería y una juguetería. Estaba llena de juguetes y flores. No exagero. Al parecer habló con ella por teléfono y le autografió algunas cosas y le dijo que la quería mucho… Me emociono al contarlo, pero ella continuó viviendo durante otro año más... Porque le dio una motivación, la hizo sentir especial. Ella sintió que había algo excitante en su vida y creo que él le ofreció un nivel de atención que aumentó su autoestima.
Michael era un enorme fan de todo lo relacionado con Disney. Un elemento primordial de Disneyland era el tren. La sensación que tenía de Michael es que era el niño de 14 años más mayor que he visto. Y esa cualidad infantil es rara en los adultos. Empezó a hablar sobre elementos que quería; en ese momento no había un parque de atracciones o un Neverland como lo conocemos hoy, sino más bien algo como “¿Qué ponemos aquí o allí?”. Él podía verlo claramente como si estuviéramos delante y estuviera ya terminado. En ese momento ya tenía el cine. No puedo recordar si ya nos conocíamos Brad Sundberg y yo; él estaba bastante a cargo del cine y desde entonces nos hicimos amigos. Hice algunos dibujos de elementos de trenes a escala infantil e intenté encontrarle cosas usadas para ahorrarle algo de dinero, ya que le gustaba más el material antiguo que las cosas nuevas, porque al fin y al cabo tenía más carácter y artesanía. Busqué alguna información sobre locomotoras que le gustaban a Michael y eran similares a las que había en Disney, y localicé un tren para él… Construimos un tren a escala para niños que pudieran conducir ellos mismos. Le pusimos baterías que duraban todo el día. Circulaba desde las casas de invitados hasta la casa principal. A mis hijos les encantaba. Pero, evidentemente, eso sólo no le satisfacía. Él quería uno de verdad.
Michael tenía una habitación enorme con trenes Lionel en miniatura.
No recuerdo cuándo se convirtió en Neverland Ranch de forma ‘oficial’ pero nosotros diseñamos y tallamos las señales de madera que había en el suelo. Tengo el original en mi casa y otro en mi oficina. Él quería réplicas en fibra de vidrio porque eran más duraderas.
Una vez salió a ver una de las señales a la entrada de Neverland en su carrito de golf, aparcó a unos 15 metros de ella y me dijo que me acercara. Le resultaba incómodo mirar la señal de cerca con toda la gente allí, les pedí que se marcharan y entonces se acercó a la señal y recorrió con sus manos la madera tallada.
Norma Staikos estaba a cargo del rancho. Cuando la conocí era obvio que se trataba de una relación de padre y madre junto con Bill Bray y con Miko Brando como un hermano; eran como una familia.
Recuerdo que estábamos sentados en la zona de la barbacoa mirando el paisaje y hablando de Neverland y su visión del lugar. De repente empezó a cantar una canción que nunca le había escuchado antes. Así simplemente. Era asombroso escucharle cantar en un lugar tan hermoso. Era extraordinario.
Era un retiro para él, pero también estaba destinado a ser un lugar para niños que necesitaban ayuda.
Salíamos a sitios públicos de vez en cuando y la gente le reconocía, lo que era divertido. Fuimos a ver un show, la gente le miraba, y él me dijo: “La gente me está mirando, ¿Crees que saben quién soy?”, y yo le contesté: “Michael, llevas una mascarilla y a tres enormes guardaespaldas contigo” (risas). Me decía que a veces deseaba escapar de todo y ser tan solo una persona normal.
Una noche, durante una cena, se prepararon dos mesas, una para los adultos, con cubertería de plata y copas de cristal y otra para los niños. Mi hija Eilish dijo: “¡Quiero sentarme con Michael! y Michael dijo: “¡Claro!”. Tuvieron que volver a organizarlo todo para acomodar a los niños. Me dejó alucinado. Tenía tanto miedo de que mi hija rompiera algo, pero se comportó como un adulto. Tenemos fotos con Michael esa noche y una fotografía de Eilish rodeada de muñecas.
Construimos un par de coches, los taxis, la máquina de Coca Cola y algunas miniaturas para la película “Regreso al Futuro”. Un día estaba hablando con Michael y cuando le dije que trabajé en ella me dijo: “¡Yo también!” Le dije: “¡¿Cómo?!”. ¿Recuerdan cuando Michael J. Fox hace el moonwalk? ¡Michael me dijo que eran sus pies haciendo el moonwalk! No te lo puedo decir con seguridad, ¡no sé si estaba bromeando conmigo o no! Yo me lo tomé en serio, si no es cierto, es una historia muy divertida. Haría falta hablar con la cámara. Cada vez que Michael iba al plató lo despejaban y se quedaban las personas imprescindibles. Veré si puedo encontrar quién estaba en el plató entonces.
Cuando estábamos trabajando en el vídeo “Come Together”, mi esposa y los niños fueron invitados a unirse al público. Michael fue muy amable. Nos invitó a su camerino y fuimos todos.Cuando nos marchamos les recuerdo mirando hacia atrás y a Eamonn diciendo: “¿Michael puede ser mi padre también?” y yo le contesté: “¡Claro que puede!! (Risas)
En otra ocasión, mi hijo quiso regalarle algo especial por Navidades y le pregunté qué quería regalarle. Resultó que su juguete favorito era una pistola BB. Y yo le dije “Ohh, quizás no…”.
Michael era bastante pacifista y amaba a los animales también. Le llamé para avisarle de que mi hijo quería regalarle algo especial. Cuando recibió el regalo pareció realmente entusiasmado, y no creo que estuviera fingiendo, dijo: “¿A qué le vamos a disparar?”. Le di una bolsa con latas de Coca Cola. En retrospectiva, ¡¡supongo que deberían haber sido latas de Pepsi!! (risas). Las colocamos en un muro y empezó a disparar. Falló los primeros disparos, pero cuando finalmente le dio a una lata, ¡Oh, Dios mío! ¡Estaba tan contento! Era como un niño. Le pregunté si de verdad la había gustado y dijo: “¡Sí, el mejor regalo que he tenido!”.
Otra vez fuimos al rancho y los niños querían conducir un carrito de golf. Yo estaba bastante en contra y les dije: “¡Absolutamente no!”. Pero Michael les dio las llaves y les explicó brevemente el manejo. Eamonn acabó estrellándose contra todos nosotros, incluido Michael. Tenía unos 10 o 12 años entonces. Pensé que Michael estaría verdaderamente enfadado pero se reía como loco. Realmente comprendía cómo eran los niños. Y yo estaba sudando de miedo pensando en que casi matamos a uno de los artistas más grandes de todos los tiempos.
Un recuerdo que tengo del tiempo que pasamos juntos es que solíamos luchar (risas). Pero una vez había salido a comprar algunos posters; a él le encantaba coleccionar posters de viejas películas y de circo, y pagó una pequeña fortuna por uno de ellos, unos 10.000$. Yo estaba bromeando con él y repitiendo un chiste sarcástico dirigido a él ¡Y él empezó a perseguirme y a golpearme con el poster de 10.000$!
CRÉDITOS: Mjhideout

DIVERTIDO VIDEO DE UN GATO A LO MJ

Por: ♥Anaitat♥

Un gato blanco hace un paso a lo Michael Jackson para huir de su amo cuando esta le ofrece un plato de ensalada. Con esto se confirma que para los felinos más pescado y menos vegetales.
El gato se llama Momotaro (si como el gato al que Antonio Banderas le puso voz en una película), informó el portal Qué!.com
En el video se puede ver como un gato blanco huye de su dueña cuando esta le ofrece un plato de ensalada, pero la salida del felino es elegante y muy pop, lo hace como un baile de Michael Jackson.
Evidentemente, lo de los gatos son los atunes y las sardinas, no los vegetales, lo cierto es que en vez de darle un desplante a quien se lo ofreció, huye con mucho decoro.
CRÉDITOS: ÚltimaHora

LA NOCIÓN RADICAL DE LA HUMANIDAD DE MICHAEL JACKSON

Por: ♥Anaitat♥

Todos recordamos dónde estábamos hace cinco años cuando nos enteramos de la noticia de que Michael Jackson había muerto de una dosis fatal de un anestésico que usaba para lidiar con su insomnio crónico. A pesar de todo el flujo de nostalgia y cariño, ninguno de nosotros conoció realmente al hombre cuya pérdida lloramos. Para el público general, especialmente en sus últimos años, Jackson se había convertido en una abstracción, no una persona sino una caricatura de tabloide: “w**** J****”. Todos los obituarios escritos apresuradamente trataban de extraer un recuerdo de buen gusto de la narrativa de los medios que habían recaído en la especulación constante sobre sus cirugías plásticas, chismes sobre su comportamiento excéntrico e, inevitablemente, las acusaciones de si cometió o no abuso infantil que hundieron y finalmente destruyeron su reputación. En el mejor de los casos, lloramos la partida del chico precoz, juvenil, aún moreno, quien se convertiría en tal trágico y roto hombre. No lloramos por el hombre.
Cuando se refiere a la historia de Jackson hoy, todavía estamos haciendo lo mejor que podemos para compartamentalizar. Ponemos “Billie Jean” y “Thriller” en una caja y su vida personal en otra, y tratamos de no pensar mucho en ello. Hace dos años, me vi forzado a reconciliar esa separación. Bill Whitfield y Javon Beard, dos hombres que sirvieron a Jackson como seguridad personal durante los últimos dos años y medio de su vida, me pidieron que los ayudara a escribir un libro sobre los últimos días de Jackson, una época a solas con su familia tras las puertas de una mansión rentada en Las Vegas, lejos del resplandor de los reflectores. No puedes escribir una buena biografía de una abstracción. Tienes que excavar al ser humano de la mitología y la falta de información construida durante décadas. La empatía es la herramienta que más se requiere, y es la cualidad que falta en virtualmente todo lo que se ha escrito sobre Michael Jackson. Lo glorificamos o lo denigramos o sentimos pena por él o tomamos su cambiante apariencia como carne de cañón para teorías sobre raza y género –el equivalente intelectual de la deshumanización que encontrarás en los tabloides. Hacemos todo esto, pero no intentamos comprenderlo a él.
La idea de Michael Jackson como ser humano sigue siendo una noción radical. Sin embargo, durante el proceso de escribir el libro fue cómo llegué a conocerle. A través de los ojos de Bill y Javon, pude ver a la persona cotidiana: Jackson ayudando a sus hijos con sus tareas, jugando basketbal con sus guardaespaldas en la cochera. La conducta excéntrica era aún excéntrica por supuesto, pero viéndola en contexto en realidad tenía sentido; tuve un mejor entendimiento de por qué tomó las decisiones que tomó.
En cuanto a las acusaciones de abuso, una vez que realmente comencé a escarbar en ellas, lo que me sorprendió no sólo fue que eran infundadas, sino que eran tan obviamente infundadas. No obstante, las dudas sobre su inocencia persisten. Las historias de “w**** j****” no se han ido.
La razón por la que no se han ido es porque Jackson era diferente. Sus acciones estaban fuera de la norma. La gente necesita un contexto, un marco, en el cual entenderle. Los humanos somos contadores de historias. Es nuestra naturaleza moldear hechos en una narrativa. La narrativa de Jackson, conducida por los tabloides y adoptada por casi todos, era la de un chico genio que se transformó en un raro y un fenómeno y posiblemente un criminal. Es la única historia que conocemos, y a la fecha no ha habido una contranarrativa que la remplace. Las acusaciones en su contra han sido probadas como falsas, pero no han sido remplazadas por una verdad más convincente. Dependiendo el día de la semana, Jackson puede ser un pedófilo serial o un hombre-niño virginal, o ambos.
Michael Jackson merece un relato más honesto de su vida. Él merece que su historia sea dicha propiamente. Mientras reflexionamos sobre su muerte en su quinto aniversario, haríamos bien en reconsiderar todo lo que pensamos que sabemos sobre él. Tomemos, por ejemplo, una de las afirmaciones que más burlas causaron: “Yo soy Peter Pan”, una declaración que surgió durante el desastroso documental Living with Michael Jackson del 2003. Cuando Jackson dijo que él era Peter Pan, Bashir lo tomó como una oportunidad para retratar al cantante como un paciente mental en televisión nacional, y el mundo lo tomó como si Jackson se imaginara como un duendecillo extravagante, dando saltos por Neverland en medias verdes, esparciendo polvo de hadas por todos lados –ese hombre debía ser culpable de algo.
 
Sin embargo eso es una idea equivocada basada en nuestro propio entendimiento caricaturizado de Jackson y Peter Pan. Michael Jackson era, entre otras cosas, un lector inteligente y voraz. Él hacia viajes de medianoche a Barnes & Noble y gastaba $5,000 en libros en una sola compra. Historia, arte, ciencia, religión, filosofía –se sentaba en su casa devorando todo lo que llegara a sus manos (si fueras un insomne crónico demasiado famoso para dejar tu casa, leerías mucho también). Y la fuente de la obsesión de Jackson con Peter Pan no fue sólo el filme animado de Disney de 1953, sino también la obra y libro original de J.M. Barrie, ediciones vintage de las que Jackson coleccionaba en su biblioteca.
En la historia original de Barrie, Peter Pan es una criatura muy diferente. Incapaz de crecer, él está atrapado en un presente eterno. Vive sin consecuencias. No tiene memoria, y por lo tanto no comprende cómo sus acciones afectan a otros, por lo que nunca puede conectar verdaderamente o empatizar con nadie. Está solo. No es accidente que el hogar de Peter Pan, Neverland, sea una isla distanciada de la realidad. Tomado de la forma más literal, Neverland es un lugar donde puedes nunca aterrizar (del inglés “Neverland”), nunca descansar. Es la misma batalla frenética y de fantasía de piratas e indios, una y otra vez.
Peter Pan, como muchas de las grandes historias para niños, es una pieza oscura y mórbida. ¿Qué significa cuando decimos que alguien ha “perdido” un niño? Significa que el niño está muerto. Eso es lo que son los Niños Perdidos, almas de niños arrancadas de las carriolas de Londres, detenidos en su viaje de este mundo al próximo. Y el vestuario de Peter Pan no es, de hecho, un par de elegantes medias verdes. Es una túnica “cubierta de esqueletos de hojas”. El simbolismo es difícil de perder. Neverland. Los Niños Perdidos, el mismo Peter Pan, todos representan una especie de muerte, porque mientras podría parecer divertido e idílico permanecer como un niño por siempre, el nunca crecer es ya estar muerto. Y aunque Peter Pan se presenta a sí mismo como un aventurero despreocupado e intrépido, tarde de noche cuando se han acabado los juegos, es atormentado por pesadillas, sueños que son “más dolorosos que los sueños de otros chicos”, sueños que lo hacen llorar “lastimeramente”. Pero la causa del tormento nocturno de Peter Pan es un misterio, nadie comprende qué lo ocasiona, y nadie puede hacerlo desaparecer.
Cuando Michael Jackson nos dijo que él era Peter Pan, no creo que nos estuviera diciendo que quería ser una caricatura. La tragedia de las falsas acusaciones en su contra es que oscurecieron los verdaderos problemas a los que debimos haber prestado atención. Durante su juicio, una oleada de testigos aseguró que Jackson nunca les había hecho nada inapropiado. Que eran sólo amigos. Argumentaría que las relaciones de Jackson con niños, lejos de ser escandalosas, son en realidad aburridas. Inusuales a una primera vista, sí, pero al final nada más que noches de películas y viajes a parques de diversiones y otras cosas mundanas. Las relaciones de Jackson con niños son más notables por lo que nos dicen de sus relaciones con adultos, o la falta de las mismas. Eso es lo que es verdaderamente interesante sobre el hombre.
Desde que tenía 10 años de edad, Jackson estaba contratado con la industria del entretenimiento. Casi cada relación que conoció era una transacción. Para su compañía disquera, era un producto. Para su familia, era un vale de comida. Casi todos a su alrededor atraían un cheque, y cuando los cheques se detuvieron, ellos también. “He conocido a mucha gente en mi vida, y muy pocos son amigos verdaderos. Probablemente puedo contarlos con una mano”, decía Jackson. Y para el final incluso esas personas, las Elizabeth Taylor y los Chris Tucker, sólo estaban cerca de una forma superficial, por unas cuantas horas aquí y allá. Como lo apuntaran Bill y Javon, “Había mucha gente pasando por la vida de Michael Jackson, pero no había nadie en su vida”.
Jackson carga con algo de responsabilidad por su propio aislamiento. Como resultados de una vida de ser usado, él mismo era incapaz del tipo de confidencia y confianza recíproca que las relaciones significativas necesariamente conllevan. El hombre lamentaba su soledad en canción tras canción, pero era conocido por congelar las relaciones que desesperadamente deseaba. Jackson podía ser siempre amable y generoso con la gente, pero esa dulzura ostensible enmascaraba una más profunda inhabilidad para relacionarse. Él creció como el centro de su propio universo, en un mundo donde todos lo complacían. Cuando las relaciones se ponían desagradables o demandantes, él sólo las terminaba. Para la época en que se mudó a Las Vegas, Jackson se había distanciado de todos sus hermanos (sí, hasta Janet). Los dos matrimonios de Jackson también son buenos ejemplos.
Jackson se refugió en el mundo de los niños porque era el único lugar que sentía seguro. Los niños, con frecuencia decía, “no quieren nada de ti”. De hecho, fuera del estudio de grabación, sólo tres relaciones fueron constantes en su mundo: con su madre, con sus fans, y con los niños. Estas relaciones comparten una cosa en común: Son fáciles. El amor de una madre es incondicional. La devoción de un fan, aún más. Y ¿quién entre nosotros es inmune a la adoración de un niño? Estos tipos de amor, aunque son un placer de recibir, requieren poco esfuerzo. No retan al receptor y, a la larga, se vuelven debilitantes. Demasiada mamá y demasiada adoración de héroe dejaron varado a Jackson justo donde estaba, lo dejaron reticente e incapaz de cambiar.
La adoración de los fans y niños no pueden llenar el rol de una esposa o un compañero o verdadero amigo. Esas son las relaciones que nos forzan a ser la mejor versión de nosotros. En toda la obsesión de con quién dormía Michael Jackson, raramente nos hemos detenido a preguntar: ¿Con quién se conectaba? ¿A quién amaba con un amor maduro y riguroso, y quién le llegó a dar ese tipo de amor a él? Nadie. Una vez que las luces del escenario se apagaban, él estaba increíble y sorprendentemente solo –y no solamente solitario, sino totalmente carente de la posibilidad de ser de otra manera.
El único lugar luminoso en los últimos días de Jackson fueron sus tres hijos. Era el mejor y más amoroso padre que supo ser. Pero también fue, por propia admisión, un padre incompleto. No podía hacer todas las cosas que un padre se supone debe hacer. Había momentos en sus vidas que él era incapaz de compartir, cosas que el resto de nosotros daría por sentadas. Al pasar por un parque público en Virginia, los niños divisaron un parque de juegos y suplicaron a su padre que se detuvieran y fuera a jugar con ellos. Pero Jackson no podía arriesgarse a ser fotografiado con sus propios hijos, exponiendo sus identidades a los paparazzi. Así que esperó en el coche, viendo detrás de las ventanas polarizadas mientras los guardaespaldas llevaban a los niños a disfrutar el momento que debiera haber sido suyo. Ese problema sólo empeoraría conforme crecieran.
Peter Pan no tiene un final feliz, por lo menos no para él mismo. Los niños Darling se vuelven nostálgicos y ruegan a Peter Pan que los lleve de regreso a casa, lo que él hace. Los niños regresan a su habitación, sus deleitados padres corren a abrazarles, y Peter Pan se queda afuera, mirando hacia dentro, incapaz de participar en la cálida acogida de la familia. “Él tenía gozos innumerables que otros niños nunca podrán conocer,” escribió Barnie, “pero miraba a través de la ventana la alegría de la cual estaría por siempre privado.”
Innumerables gozos, pero negado de la simple alegría de ser humano. Parece una descripción muy astuta de la vida dentro de la jaula de oro de Jackson. Tal vez el tipo en la TV llamándose Peter Pan no era el que estaba loco. La diferencia más grande que puedo ver entre Michael Jackson y Peter Pan era que Peter Pan no tenía recuerdo de qué le causaba las pesadillas que lo afligían. Jackson sabía demasiado bien por qué no podía dormir por la noche, razón por la que buscó en las jeringas y píldoras para intentar y llegar a la mañana.
Michael Jackson tomó muchas malas decisiones en un esfuerzo por lidiar con sus cargas, pero no debemos juzgar esas decisiones sin un diligente y sincero esfuerzo por comprender por qué las tomó. La historia de Michael Jackson debe ser reconsiderada. El hombre fue guiado por una extraordinaria y extraordinariamente difícil vida. Merece un epitafio que no tenga un asterisco a su lado.
Tanner Colby
Co-autor de “Remember the Time: Protecting the King in his final days”
Créditos: Mjhideout, Slate

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