Por: ♥Anaitat♥Twittear
Un ex empleado de un videoclub que conoció a MJ a principios de los 90, contó:
Trabajando en Los Ángeles durante los últimos 19 años, tuve la oportunidad de trabajar en varias cosas. Una de las que más me divirtió fue un sitio llamado Dave's Video en Sherman Oaks. Era una tienda de laserdiscs exclusivamente, y comencé a trabajar allí en 1991, cuando el laserdisc tenía un mercado selecto, principalmente para cinéfilos con dinero y gente de la industria.
Conocí a mucha gente del negocio trabajando en aquella tienda, pero uno en particular se me quedó grabado. Michael Jackson nos llamaba antes de cerrar y venía cuando ya habíamos cerrado. Esperábamos unos minutos tras el cierre, aparcaba su vehículo y entraba. Volvíamos a cerrar las puertas y le dejábamos comprar el tiempo que necesitara. Normalmente estaba una o dos horas mirando por las estanterías y comprando discos por valor de unos 1000 dólares cada vez.
La primera vez que vino, fue surrealista, éramos sólo cuatro empleados y Michael. Hablaba con suavidad, como os podéis imaginar, y parecía comprar aleatoriamente, simplemente cogiendo todo lo que le llamaba la atención. Como venía mucho llegamos a acostumbrarnos. Mi tarde favorita de visita fue un día que llamó como siempre y dijo que llegaría tras el cierre. Nuestro encargado en esa época no estaba de humor, pero Michael se gastaba tanto dinero que teníamos ordenes concretas de abrir cada vez que llamara.
Esa fue la semana en que se estrenaba "Sólo en casa" en laserdisc, y teníamos la película puesta en un bucle interminable en la tienda, una y otra vez, una y otra vez, y ya estábamos todos hartos de verla.
Esto es importante porque cuando Michael apareció, traía un invitado. Macaulay Culkin.
Mi encargado estaba de espaldas a la puerta, delante del mostrador cuando abrí y dejé que entraran Michael y Macaulay. Estaba charlando por teléfono con un amigo, hablando sobre la semana de trabajo, y mientras Michael compraba por la tienda, Macaulay se paró a escuchar la conversación de Anthony: "... y si tengo que volver a ver esa película otra vez, me saco los ojos. En serio. Ese niño... es como si me persiguiera. Me voy a casa y todo lo que oigo cuando intento dormir es a él contra Pesci y Stern, y me gustaría ver una edición de la película en la que ellos le pillaran a él. Eso sí que lo vería."
Mi encargado estaba de espaldas a la puerta, delante del mostrador cuando abrí y dejé que entraran Michael y Macaulay. Estaba charlando por teléfono con un amigo, hablando sobre la semana de trabajo, y mientras Michael compraba por la tienda, Macaulay se paró a escuchar la conversación de Anthony: "... y si tengo que volver a ver esa película otra vez, me saco los ojos. En serio. Ese niño... es como si me persiguiera. Me voy a casa y todo lo que oigo cuando intento dormir es a él contra Pesci y Stern, y me gustaría ver una edición de la película en la que ellos le pillaran a él. Eso sí que lo vería."
Por entonces, era obvio de lo que estaba hablando, así que Macaulay se quedó esperando a que Anthony se volviera. Michael se dio cuenta de lo que pasaba. Lo hicimos todos, excepto Anthony, que seguía a lo suyo, más cabreado cuanto más hablaba: "Le odio. Sé que es un niño, pero Jesús... esa cara que pone en la portada de la película... eso no es divertido. Me cabrea. Es una película estúpida, y todo el mundo viene aquí y quiere llevarse una copia y yo tengo que hacer que me gusta para poder quitarme las 10000 copias de esta maldita cosa que ha comprado Dave. Miserable."
Al final, Anthony se giró, y ahí estaba Macaulay, justo detrás de él, con las manos en la cara como en la portada de "Sólo en casa", y como el resto de nosotros, Michael incluido, rompimos en carcajadas, Anthony se puso de 47 tonos de rojo y se fue corriendo a la parte trasera, donde se encerró hasta que Michael y Macaulay acabaron sus compras y se fueron. Ese momento, mientras veía como Michael se aguantaba la risa mientras esperábamos a que Anthony se enterara de lo que pasaba, fue lo más espontáneo que vi de él.
Siempre son los pequeños detalles más extraños los que se te quedan de alguien tan superfamoso, como cuando le ayudaba a llevar los discos al vehículo tras casa tarde de compras, y me fijaba en que todo estaba lleno de hamburguesas de queso del McDonald y envoltorios de Big Mac. En serio. Como si viviera de comer hamburguesas. O cuando llegaba con una mascarilla y podíamos ver a través de ella cuando nos hablaba. Le hacía parecer real, y no como a un personaje de TV, y más que nada, me pareció un tipo que se sentía muy incómodo con el contacto social normal, inseguro sobre cómo mezclarse con la gente, siempre expectante sobre lo que debía esperar del resto.
Michael dejó de venir a la tienda tras un incidente en el que alquiló un laserdisc importado de Japón de la película "Song Of The South," preguntando primero si podía comprarlo. Dave tenía una política estricta de no vender las películas de alquiler, particularmente si eran difíciles de conseguir, y le dijo a Michael que no. Misteriosamente, Michael "perdió" la película y nos dijo unas semanas después que no le importaba pagar por ella a cambio. Dave se cabreó, prohibió que Michael volviera a alquilarnos películas, y echó la bronca al manager de MJ esa tarde por teléfono, cabreado y acusándole. Aquello fue todo. Nunca volvía a ver a Michael por la tienda.
Créditos: Click aquí
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