Por: ♥Anaitat♥
Gloria Rhoads Berlín fue amiga y vecina de la familia Jackson desde que Michael tenía 12 años. Posteriormente se convirtió también en su agente inmobiliaria, siendo la encargada de encontrar el lugar del que Michael se enamoró: Neverland. Aquí tenéis varios extractos del libro "In the Search of Neverland" donde Gloria habla de su amistad con Michael.
MICHAEL JACKSON: IN THE SEARCH OF NEVERLAND (En busca de Neverland)
¿Pueden imaginarse llevando a su hijo a la lavandería y mientras están haciendo la colada, él empieza a bailar, cantar, actuar para todo el mundo que está allí, y todos aplaudiendo y cantando con él? ¡Asombroso! Eso es lo que hacía Michael Jackson cuando era solo un niño. Desarrolló su talento simplemente bailando y cantando cada ritmo que escuchaba, incluso el ritmo de una lavadora. Michael nació para ser una estrella.
A menudo veía a Michael en Gelson, uno de los supermercados del área de Los Angeles, iba diariamente. Ese era su ejercicio al aire libre, pasear hacia y desde el supermercado. Allí coincidíamos a veces: él estaba comprando por la mañana y yo paraba allí frecuentemente después de mi paseo diario por el parque. Allí él jugaba a juegos como el del escondite conmigo. Michael aparecía de repente, me seguía los pasos y entonces salía corriendo y desaparecía. A menudo pensaba que se había marchado del supermercado, pero, de repente, aparecía, y me daba un toque en el hombro diciéndome que había ganado el juego porque no había podido encontrarle en ningún sitio.
Cuando tenía alrededor de 24 años, le regalaron a Michael una gran Harley Davidson negra y dorada, en agradecimiento a un favor que había hecho a alguien. La motocicleta era todo un capricho, valía unos 35.000$, estaba colocada en el vestíbulo de la casa de Hayvenhurst, justo bajo las escaleras. Katherine me había invitado a su casa, y cuando llegué, me enseñó orgullosa la motocicleta. Katherine y yo comenzamos a charlar y puedo decir que ella estaba preocupada por la seguridad de Michael, ya que él no tenía experiencia en conducir motos, excepto alguna vuelta por las montañas.
“Bueno, quizás no debería conducirla”, dije. Existe un riesgo cada vez que coges una moto, y uno de nuestros vecinos en Encino había perdido un hijo en un accidente de moto. Le dije a Katherine, “Es muy peligroso para cualquiera conducir una moto en esta ciudad con tanto tráfico”.
Esa misma tarde Michael dijo que iba a dar un corto paseo en su moto. Lo recuerdo en ese momento con un aspecto saludable, fuerte y muy guapo, y lleno de ganas de aventura. Más tarde, fui al estudio de música donde Michael estaba trabajando. Estaba escribiendo la letra y los arreglos para una canción. Cuando terminó me dijo que iba a dar una vuelta en moto. “¿Estás seguro? No creo que debas arriesgarte en esta ciudad. Hay demasiado tráfico.” Michael replicó, "Conduzco muy temprano por la mañana, cuando hay poco tráfico. Algunas veces voy a dar una vuelta por el parque.”
El parque al que se refería era el Encino Glen Park, donde los residentes podían pasear, correr y montar en bici a lo largo de seis millas y media. Joseph y Katherine solían dar una vuelta por ese parque, a veces con algunos de sus hijos e hijas, más frecuentemente con Jermaine, pero raramente con Michael. El que más salía al parque era Jermaine. Lo veía frecuentemente correr cuando paseaba por allí. Le dije, “Michael, ¿Estás seguro de que quieres hacer eso? Debes tener cuidado.” Él dijo, “Bueno, quiero sentir el viento. Necesito llenar mis pulmones de aire fresco. Y me gustan los olores y la pureza del parque.” “Bueno, tu sabes mejor lo que hacer.” Repliqué.
Finalmente, me persuadió para dar una vuelta con él. De mala gana me senté en el asiento de atrás y me abracé a Michael. De repente, se lanzó a tal velocidad que temí por mi vida y grité como una loca. ¡Eso solo hizo reir a Michael y correr aun mas rápido! Corrimos por el parque, yo muerta de miedo, pero al mismo tiempo encantada. Michael iba corriendo más y más y disfrutando todo el rato.
Por supuesto, me devolvió sana y salva, pero vaya paseo!
Michael Jackson estaba siempre buscando el modo de hacer cosas maravillosas por la gente. A principios de los 80, le envié una carta diciéndole que tenía que vender una propiedad de una familia de raza negra, cerca del Coliseum. El padre, de 87 años, que sufría una grave enfermedad del corazón, tenía tres hijos de entre 16 y 19 años, luchando por terminar su etapa escolar. Este anciano padre cuidó de ellos lo mejor que pudo. Les dio estudios y les preparaba la comida. Les ayudaba con la limpieza. (No tenían madre. Era drogadicta y se había suicidado años antes).
Le conté a Michael Jackson la historia y le dije que el sobrino de 50 años se había hecho cargo de los jóvenes cuando su padre murió en el Hospital del Buen Samaritano. Iban a perder la casa por no poder pagar la hipoteca. Incluso aunque tenía la casa en lista para ser vendida, nadie iba a comprarla. Me sentí impulsada a ayudarles para que pudieran seguir acudiendo a la escuela.
Michael me telefoneó después de recibir mi carta. “Bueno, quiero ayudar,” dijo, “dame la dirección y el número de teléfono”. Michael entonces envió a alguien a visitarles con regalos. Habló con el sobrino que se hizo cargo de los jóvenes cuando su tío falleció.
Michael mantuvo al día los pagos para que la casa no fuera embargada y pudiera ser vendida. Para evitar que se bajara el precio de venta, Michael envió a alguien para subir la oferta. Finalmente, la propiedad fue vendida. Michael consiguió para estos jóvenes un apartamento de tres habitaciones. Los tres se graduaron en la escuela superior y fueron a la universidad mientras vivían con su primo.
Michael también ayudó a pagar los gastos de entierro del padre de estos jóvenes, a quien nunca había conocido. Y, por supuesto, continuó ayudándoles hasta que se graduaron en la escuela superior y fueron a la universidad con becas especiales.
Espero que esto ofrezca luz sobre el carácter cálido y caritativo de Michael que le impulsó a ayudar a estos jóvenes. Su generosidad conmovió mi corazón.
Michael fundó un nuevo y glorioso paraíso en Neverland donde estaba contento de estar alejado de las multitudes y del ajetreo de las ciudades, y el rancho se transformó gracias a la fuerza de la soberbia imaginación de Michael. Él creó sus propios bellos arcoíris llenos de color alrededor del lago artificial. Compró varias fuentes y puso luces de colores alrededor del perímetro del lago. Cuando hacía calor, uno podía disfrutar de todos los colores del arcoíris saliendo de sus creativas innovaciones, amarillo, azul, verde, rojo, púrpura, rosa, con los surtidores lanzando el agua hacia arriba desde el centro del centelleante lago. Bellos cisnes blancos y negros y también patos, podían verse nadar alrededor del lago.
Michael Jackson tenía gran aprecio por las cosas más bellas de la vida, lo que incluía el mundo de los grandes artistas. Él adoraba a los personajes de Disneyland porque también había sido uno de ellos. Y adquirió todos los objetos memorables, incluyendo a Mickey Mouse, y cada personaje que Disney había creado. Se hizo con una completa colección de personajes de Disney y los puso a todos en Neverland.
Cuando Michael era un niño sentía que no tenía la oportunidad de ser realmente un niño y jugar. Él vio Neverland como la oportunidad de disfrutar de la niñez que nunca tuvo. Michael montaba a caballo, se subía a los árboles y diseñó su propio Disneyland personal con un completo circo para entretener a los niños gravemente enfermos. Tenía helicópteros y un avión privado para transportar a los invitados e invitar tanto a niños enfermos como sanos cada vez que iban al rancho. Había construido una enfermería en el rancho, especialmente para poder tratar allí a los niños enfermos. Cuando Michael fletaba autobuses para llevar a los invitados desde Los Ángeles, a menudo ponía música en vivo o alquilaba músicos para distraer a los pasajeros mientras viajaban. Michael Jackson abrazó al mundo entero con el amor que sentía por todos sus fans cuando los invitaba al interior de Neverland.