Por: ♥Anaitat♥Twittear
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Durante mis años de escuela Michael venía a vernos con regularidad a Hawthorne y a menudo de improviso.
En 1987, salió su álbum Bad su séptimo álbum. Michael nos lo envió por correo antes de que saliera al público y mi familia vio el vídeo de Man in the mirror en MTV. Bad vendió 30 millones de discos y fue un éxito sin precedentes en todo el mundo.
Michael estaba en la cima. En los años siguientes cada vez que nos veíamos con Michael nos ponía las canciones que estaba haciendo porque quería saber nuestra opinión, nos hacía escuchar los nuevos rumbos que estaba tomando. Cuatro años después del lanzamiento de Bad llegó Dangerous a nuestro buzón y me sorprendió que excluyera algunas de las canciones que nos había puesto. Por ejemplo, un tema que se llamaba Turning me off y otro llamado Superfly sister que después se incluyó en el álbum Blood on the Dance Floor. Dangerous se vendió más rápido que Bad. Mientras que Michael consolidaba su fama a nivel mundial, yo cada vez sabía más de su música, pero mis amigos seguían ajenos a la figura de Michael Jackson. Todavía estábamos en la edad en que casi todos adoptamos las preferencias musicales de nuestros padres y a los padres de mis amigos no les interesaba Michael. Pero con mis padres la cosa era muy distinta; para ellos Michael era de la familia y yo me sentía orgulloso de sus triunfos.
En 1993 nos invitó por primera vez a su casa, el Rancho Neverland y la relación pasó a otro nivel.
Sabíamos desde hace años que Michael se estaba haciendo una casa en California. Cuando supervisaba las obras del Rancho solía decirnos:
- Tienen que venir a Neverland. Hay una sala de cine, unan zoológico y un parque de atracciones pequeño. En Neverland no hay reglas. Se puede hacer lo que se quiere, basta con relajarse y ser libres.
Yo no tenía idea de los que me esperaba. Ni la menor idea. Pero la realidad superó con creces todo lo imaginado.
Cuando mi familia emprendió aquel primer viaje a Neverland, durante las primaveras yo tenía 12 años. Para entonces ya habían nacido todos mis hermanos.
Mis padres nos llevaron a Eddie, mi hermano Dominic, a mi hermana Maria Nicole y a Aldo; que era el más pequeño casi un bebé. También llevaron a mis dos primos, Danielle y Aldo. Mi familia viajaba mucho, aún con tantos niños, porque para mis padres era primordial viajar a Italia con frecuencia para visitar a la familia, pero era la primera vez que íbamos a California. Michael nos había dicho:
- Tengo una Noria.
De modo que cuando el avión se ladeó para aterrizar, yo en mi inocencia, me asomé a la ventanilla esperando ver una noria ahí mismo, en la pista. No sabía que el rancho estaba a más de dos horas en dirección norte, cerca de Santa Bárbara.
Llegamos a Los Ángeles y nos pasamos todo un día en los Estudios Universal, pero allí terminó el recorrido turístico de rigor. A la mañana siguiente nos recogió la larguísima limusina de Michael en la puerta del Hotel para llevarnos a Neverland. De adulto acabé sabiendo el camino de memoria, pero de niño se me hizo interminable. Todos los niños salvo Aldo el bebé íbamos revoleteando en la limusina como moscas en un frasco.
Cuando por fin llegamos a Neverland, nos topamos con un guardia de seguridad.
- Traigo a la familia Cascio dijo el conductor, y abrió el portón.
Una vez, franqueado el portón todavía nos faltaba recorrer el largo camino hasta la casa, realmente era otro mundo, en toda la fina se oía música clásica de gran belleza, alternándose con temas de películas de Disney, como Peter Pan y la Bella y La Bestia. Habían sicomores, flores, fuentes y varias hectáreas de un paisaje que sin duda era uno de los más bellos de los EE.UU.
Continuará…