Por: ♥Anaitat♥Twittear
Jody Michael, Fundadora y Presidenta de Jody Michael Associates ha compartido su autógrafo de Katherine Jackson con esta historia...
Lo que me enseñaron 45 minutos hablando con Michael
Cuando tenía 16 años, tuve una conversación de 45 minutos con Michael Jackson. Como se pueden imaginar, la experiencia fue emocionante. Pero yo no tenía ni idea por entonces de cómo aquella breve conversación daría forma a la trayectoria de mi vida.
Era la primavera de 1974 cuando me enteré de que mi grupo favorito, los Jackson 5, venían a Chicago. Inmediatamente pedí las entradas por correo. Cuando llegaron, no podía creer mi suerte: ¡Tenía entradas de primera fila! Desde ese momento, todo en lo que podía pensar era conocer a Michael.
Cuando llegó el día, mi padre me llevó a mi y a mi mejor amiga, Linda, hacia el centro y nos dejó en el local del concierto. Localizamos nuestros asientos, casualmente junto a la madre de Michael, Katherine. Fue amable y amistosa y tras entablar con ella una conversación sobre lo mucho que me gustaban sus hijos, consiguió que todo el grupo me firmara el programa del concierto. Tras el show, programa en mano, le dije a Linda que TENÍAMOS que conocer a Michael.
The Jackson 5 actuando en Chicago, en el Illinois Mill Run Theater donde dieron siete conciertos
Nuestro brillante plan era sencillo: quedarnos hasta después del concierto y esperarles fuera. Por desgracia, unas 100 personas habían tenido el mismo plan brillante, pero nosotras estabamos decididas. Las dos horas siguientes, el grupo fue menguando hasta que quedamos sólo las dos. Sabíamos, algo nos dedía en el corazón, que Michael seguía dentro del teatro. Finalmente salió el encargado del local y nos preguntó qué hacíamos allí; respondí en el acto, "Estamos esperando para conocer a Michael." Nos dijo que se había ido hacía horas y yo contesté confiada, "Tu trabajo es decirnos que no está aquí. Sé que está aquí y no nos iremos a ninguna parte".
Al final, molesto con las obstinadas jovencitas, abrió el teatro y nos dejó entrar para rastrear el local. No había nadie de la familia Jackson a la vista. Nos quedamos desalentadas.
Cuando nos preguntó cómo pensábamos regresar a casa, nos dimos cuenta que el último tren de la noche para volver a la ciudad ya había salido hacía tiempo. Con toda la excitación, se nos había pasado ocuparnos de esos asuntos prácticos. Fue tan amable de acercarnos a casa. De camino, fuimos desconsideradas con nuestro conductor; todo lo que hablamos Linda y yo era de nuestro intento fallido de conocer a Michael y del castigo que nos esperaría al llegar a nuestras respectivas casas.
Justo antes de dejarnos, el encargado del local se apiadó de nosotros y nos dijo dónde se alojaban los Jacksons. Volví a sentir esa explosión de excitación y esperanza de nuevo, la misma que cuando llegaron las entradas. Aunque me castigaran una semana no acabarían con mi idea ni mi sentimiento.
Determinada a conocer a Michael, al día siguiente, desobedecí las ordenes de mi padre y corrí al hotel tras el colegio. Me senté en el hall esperando pacientemente durante cinco horas. Cuando se hizo obvio que el concierto de ese día tenía que haber empezado y Michael no estaba por ninguna parte, me acerqué al hombre de la recepción que sólo me dijo, "No puedo confirmar ni desmentir que los Jackson 5 se estén alojando aquí." Tras ponerme muy pesada finalmente reconoció que un famoso grupo musical se había estado quedando en el hotel, probablemente no habían salido por la recepción.
Rota al darme cuenta de que me lo había vuelto a perder, me senté y escribí una sentida carta a Michael explicando lo mucho que lo había intentado, cuándo había esperado para conocerle y todos los problemas que me habían traído esos intentos para contactar con él. Cuando intenté darle la carta al hombre de recepción, se negó a cogerla. Sin inmutarme, subí al ascensor y paré en cada una de las plantas. Cuando llegué a la última, había un guardia de seguridad que dijo "Creo que te has equivocado de planta". ¡Bingo! Supe que estaba exactamente donde necesitaba estar. Tras mucho camelarmelo, finalmente le convencí para que cogiera la carta. Luego, llegué a casa y me metí en un gran problema. Otra vez.
Todo había merecido la pena porque aquella misma noche, el teléfono sonó a las 2 a.m. Apenas estaba despierta cuando escuché a mi padre responder y decir, "¿Michael? Michael ¿qué?" Salté de la cama y le chillé que no colgara. Me miró como si fuera una loca y me dijo, "Dile a este Michael Jackson, quienquiera que sea, que jamás vuelta a llamar a estas horas!"
Cogí el teléfono y estuve 45 minutos hablando con Michael Jackson. Hablaba con tranquilidad y amabilidad, era como hablar con un amigo. Teníamos más o menos la misma edad y la mayor parte de nuestra conversación se centó en su curiosidad acerca de la vida de una joven normal. Me preguntó por el colegio y mis experiencias diarias; conectamos a través de nuestros problemas con nuestros estrictos padres. Fue una conversación íntima entre dos niños.
Cuando la conversación iba llegando a su fin, recuerdo pensar, "Nadie va a creerse esto. Necesitaré pruebas." Luego pensé, "No." Intuitivamente, supe que pedirle una foto personalizada como prueba arruinaría el momento. La conversación fue tan auténtica y pura. No le pedí nada.
Hablar con Michael Jackson fue mi primer gran objetivo, algo tan grande y tan improbable que mucha gente ni había intentado conseguirlo. Desconocido para mi en ese momento, aquella llamada de 45 minutos fue una de las más importantes de mi vida. Me definió como alguien sin miedo y con tenacidad a la hora de conseguir mis objetivos.
Demasiado a menudo, tomamos el "no" como una señal de que no somos lo suficientemente listos, poderosos o capaces. Creamos y nos contamos historias que nos limitan. La trayectoria de nuestros cambios futuros se modifica, a veces dramáticamente, cuando el "no" ya no sirve como algo absoluto, y cambiamos poderosamente nuestras historias para apoyar la acción que queremos llevar a cabo.
Jody Michael
Jody Michael Associates es una compañía de coaching que ayuda a personas, equipos y organizaciones a conseguir cambios transformadores.