Por: ♥Anaitat♥
El nombre de Vincent Paterson está unido al de Michael Jackson en varios y muy conocidos trabajos: Beat It, Thriller, Smooth Criminal, Blood on the Dance Floor... Ha trabajado junto a Michael durante unos 17 años como bailarín y coreógrafo y su estrecha relación con él le dejó numerosos e inolvidables recuerdos.
Yo era un bailarín que había empezado actuando y empecé a bailar más tarde. Cuando fui a la audición para “Beat It” escuché que trataba de bandas y estaban buscando tipos de aspecto duro. Llegué vestido de un modo parecido al que tengo en el vídeo. Tenía algo de barba, aspecto desaliñado, llevaba pendientes y cosas así y el resto de los chicos que fueron a la audición llevaban calentadores y mallas! Vi a Michael apuntándome y dijo: “Ese chico”, pero así y todo hice la audición. Bailé y conseguí el papel. Lo que no sabía es que estaba consiguiendo el mejor personaje junto con Michael Peters. Ya le conocía de las clases de baile y me llevó a trabajar un poco en ellas. No era su asistente, solo bailaba en ellas. Michael Jackson era muy tímido y yo soy una persona muy sociable y pasaba tiempo hablando con él y haciendo que se sintiera confortable y relajado. Ese fue mi primer encuentro con él.
Michael y John Landis pidieron a Michael Peters que reuniera a un grupo de bailarines. Para entonces, yo era asistente de Michael Peters, así que entré en el proyecto como coreógrafo asistente y bailarín. Empecé a conocer más íntimamente a Michael Jackson porque el coreógrafo enseña primero los movimientos y el asistente, en ese caso era yo, se los enseña a la estrella y a los demás bailarines hasta que salen perfectos. De modo que pasaba mucho tiempo con Michael. M. Peters propuso un diseño muy básico de los movimientos que quería y cuando M. Jackson llegó hizo unas pocas sugerencias. Yo me hice cargo de los ensayos para asegurarme de que todos los movimientos quedaban todo lo “limpios” que pudieran quedar. Así es como empecé a conocer mejor a Michael Jackson. Era muy tímido pero hablé con los bailarines y les dije: “Escuchadme chicos, hablando con él porque está muy nervioso y es muy tímido; no le tratéis como a Michael Jackson, sino como a un bailarín más”. Creo que eso significó mucho para Michael.
Estábamos algo más aislados cuando hicimos Thriller (donde fui uno de los zombies). Teníamos nuestro propio campamento. No era tan extraño como con Beat It. Con Beat It fue más intenso porque estábamos en el centro de Los Ángeles, en medio de las bandas. Recuerdo que una vez estaba con Michael en un lado de la calle mientras filmaban otra cosa y estaba mirándole y le dije: “Michael, te está chorreando algo!” Pensamos que era aceite y miramos hacia arriba y allí había un chico chorreando sangre por todas partes! No sé si le habían apuñalado o disparado o qué pero se había subido a la escalera de incendios del edificio y la sangre le estaba cayendo a chorros a Michael!
Thriller era mucho más relajado, para entonces Michael se había convertido en mucho más famoso y la seguridad a su alrededor era mucho más intensa.
Durante los 17 años que conocí a Michael, nunca cambió en términos de amabilidad, encanto y personalidad. Fue siempre encantador, maravilloso y amable. Hablamos íntimamente de muchas cosas personales y pasamos tiempo juntos. Yo no soy de ese tipo de gente que intenta ser el mejor amigo de los famosos. Lo único que cambió con el tiempo fue que había tanta gente tirando de él todo el tiempo que me cabreaba con él porque no se presentaba a los ensayos; siempre había algo más importante. Se volvió un poco perezoso en las últimas veces que trabajé con él. Recuerdo cuando dirigí “Blood On The Dance Floor” que me llamó para dirigirlo y le dije: “De acuerdo Michael, pero si no te presentas a los ensayos, me voy”. Se presentó a la mayoría de ellos pero había tanta gente tirando de diferentes áreas que su vida estaba realmente fuera de control. Pero personalmente, nunca dejó de ser un hombre increíblemente amable, encantador y divertido.
Nadie es Dios. Michael es la única persona que he conocido, especialmente siendo la clase de famoso que era, que, por ejemplo, si alguien venía con un vestuario que no le gustaba no diría nunca: “Llévate esa basura de aquí! No me gusta esa m*****!” De ninguna manera. Él diría algo como: “Creo que es realmente una buena idea pero estoy pensando que quizás podríamos intentar algo como esto…” Así es como Michael era con todo el mundo. Era un hombre inteligente, por un lado como un niño pequeño y por otro astuto como un zorro. Hay que estar en este negocio para saber… Pero nunca fue desagradable con nadie. Le vi apartarse a veces porque todo el mundo quería algo de él. Yo solo quería que supiera que siempre podría contar conmigo profesionalmente y si quería sentarse en la caravana un par de horas y hablar de cosas que le molestaban, sabía que podía hacerlo y no iban a salir de allí. Conocí al hombre tan bien como al artista.
Una noche estaba sentado en casa cuando sonó el teléfono y una voz dijo:”Hola, ¿Eres Vincent?” y dije: “Sí, soy yo, ¿quién es?” –“Soy Michael”- “Vete a la ***! No eres Michael Jackson!” –“Vincent! Soy yo, de verdad! Michael!”- Me dije: “Oh! m***!”
Resultó que estaba en el estudio de grabación en Hollywood y me preguntó si podía ir, lo que hice. Hablamos un rato y me dijo que quería poner una canción, puso solo una parte musical de “Smooth Criminal” y me dijo: “quiero que hagas esto”. Pensé que quería que lo bailara. Antes de irme me preguntó:” ¿cuánto tardarás en venir con una idea?” y le dije: “¿cómo? ¡¿de qué estás hablando?!”
“Smooth Criminal” no era entonces parte de Moonwalker, así que quería que la coreografiara y la dirigiera. De modo que me fui a casa un poco sofocado y pensando todo el rato en ello. Sabía que le gustaban las películas de Fred Astaire y Gene Kelly, le encantaba esa época, pero nunca hizo nada parecido. Me dijo en el estudio que la única cosa que podía ver eran diez hombres vestidos de esmoquin en un lujoso club nocturno. Cuando volví a verle con la idea de un garito clandestino le encantó y pensó que era genial.
Me dijo algo que siempre he utilizado como coreógrafo y director: “No trates de imponer una idea a la música; simplemente sigue escuchándola y deja que ella te diga lo que quiere ser”. Eso es lo que hice con “Smooth Criminal”.
En cierto momento se convirtió en parte de “Moonwalker”. Desafortunadamente ya había un director para esa película y no pude dirigir esa parte dentro del film, pero básicamente lo hice.
Michael estaba grabando todavía el disco, de modo que iba con un pequeño grupo de gente, creaba los pasos, los grababa con una cámara e iba a su casa a enseñárselo. Él se entusiasmaba más y decía: “¿no crees que necesita otros diez bailarines?”. Yo le decía: “claro” y le conseguía diez más, volvía y él decía: “¿no crees que necesitamos unas veinte personas más?”, yo dije: “sí, lo creo”. Y después: “¿no crees que necesitamos una segunda planta en esa habitación?” –“sí, lo creo”… Para hacer un vídeo musical creo que pasamos un mes juntos creando esa pieza. Eso era insólito, esa clase de trabajo para un vídeo musical y la oportunidad para los bailarines de trabajar tanto tiempo en un proyecto.
El “segmento azul” nunca existió originalmente. Lo que pasó es que fue mucha gente al rodaje: Jamie Stewart, Hermes Pan (coreógrafo de Fred Astaire), Liz Taylor… un día, cuando todo el mundo estaba en el almuerzo, vinieron un grupo de cantantes de Suráfrica llamado Ladysmith Black Mambazo para ver a Michael, pero él no estaba, así que hablé con ellos.
Les dije: “Saben una cosa, creo que vamos a hacer una improvisación”. Para poner a todo el mundo con un ánimo sensual les pedí que se fueran a pasar el rato detrás del decorado y cuando Michael llegó dije: “Vamos a divertirnos aquí, solo quiero que esto sea una improvisación sensual con las luces bajas y os moveréis con la música, interactuando unos con otros y con la sensación de que alguien está en el espacio contigo”. Fui al grupo musical Ladysmith Black Mambazo y les pedí que empezaran a cantar. Y la improvisación que se puede ver salió de ahí.
Michael alucinó porque nunca había hecho una improvisación. Esa es la experiencia que se ve en “Blue”. Cuando los chicos se fueron, Michael dijo: “Vamos a grabar esto!” Estaba tan emocionado con algo nuevo que decía: “El mundo tiene que ver esto! Nadie ha hecho algo así! Vamos a hacerlo nosotros!” Así que lo hicimos, él añadió ese lento “Annie are you ok?” y los bailarines improvisando junto con esa parte hasta volver al verdadero segmento musical. Nunca se pretendió que estuviera incluido, fue solo una improvisación! Ladysmith volvieron al día siguiente para rodarlo.
El rodaje final se alargó durante unas seis semanas.
Trabajar con Michael fue siempre genial. En primer lugar porque tu no estabas en su compañía si no confiaba en ti. Siempre confió en mí y me dio esta directriz: Crear algo que el mundo no haya visto antes. Era como ser un niño en el taller de Santa Claus!
El modo en que trabajaba con Michael básicamente era que yo creaba los movimientos y dejaba algún espacio para que él hiciera los suyos propios.
Michael solía ayunar los domingos y llevaba a chicos bailarines de la calle a un estudio de baile para aprender sus movimientos. Le encantaba tomar de ellos pasos como el moonwalk y perfeccionarlo hasta que se convirtiera en algo que nadie más haría. Creo que él obtuvo el conocimiento de cómo trabajar en el baile de esos chicos de la calle. Cuando querían perfeccionar un paso, lo hacían miles de veces. Como una simple cosa en “Smooth Criminal”; se paraba frente al espejo durante cuatro o cinco horas para hacer solo un movimiento hasta que sentía que salía de su cuerpo espontáneamente, no coreografiado.
Creo que fue ese chico de la calle, “Poppin’ Taco” quien enseñó a Michael los pasos básicos que después él convirtió en el moonwalk. No creo que fuera Jeffrey Daniels quien se lo enseñara. Michael fue quien realmente creó el paso. Una cosa que yo le sugerí fue agarrarse la entrepierna. Eso fue bastante terrorífico! Si sabes algo de Michael, una vez que una idea o algo le gusta, no lo deja escapar. Es como un pit-bull. Mira la banda del brazo que usaba en “Smooth Criminal”. Le acompañó el resto de su vida. Así es como Michael era con las cosas, cualquiera que fuera.
Un día, uno de los chicos del set se rompió dos dedos y se los envolvieron en esparadrapo blanco. Michael dijo: Oh, me gusta eso! Voy a empezar a hacer eso! Se puso esparadrapo blanco en los dedos.
En “Black or White” estábamos en el estudio haciendo cosas para la improvisación final. Me agarré la entrepierna y entonces él empezó a subir y a bajar la cremallera de sus pantalones y a agarrarse la entrepierna.
Después del BAD tour, las cámaras empezaron a seguir a Michael a todas partes. Empezó a documentar su vida. Pero, que yo recuerde, no se grabó nada durante el Bad Tour. Estábamos todavía en los 80 y los vídeos y cámaras eran algo muy nuevo todavía. No teníamos las facilidades para hacer mucho reportaje. No era un hábito como lo es hoy día. Pero después del Bad Tour, parece que todo lo que hicimos, desde los ensayos para los Grammys o la Superbowl del 93, siempre había un equipo de cámaras documentándolo.
Hay una historia divertida durante “Smooth Criminal” acerca de esto.
Yo tenía un micro puesto todo el tiempo y Michael estaba por la sala de grabación. Tu llevas esos micrófonos todo el tiempo y después de un rato te olvidas de que están ahí. La chica del vestido rojo que sale en el vídeo fue y me dijo: “Michael Jackson está mirando mi escote!” Y yo le dije: “Bueno cariño, ¿por qué no te bajas ese vestido y le enseñas las tetas?!” Miré hacia donde estaba Michael y había escuchado lo que dije, estaba con la mano tapándose la boca y riendo y señalándome: “He visto eso! Te he oído!”
Documentar todo te puede meter en muchos problemas.
Han pasado quince años desde que se hizo el vídeo “Blood on the Dance Floor”. Hablamos del tema y dije que lo que realmente quería era hacer algo sexy, excitante. Michael con chicas y de un modo un poco más sexy, accesible y excitante. Él dijo: OK! Hagámoslo! No pensaba en usar un enorme decorado sino algo más contemporáneo y él estaba de acuerdo con eso. Rodamos con Conrad Hall, era el director de fotografía. Yo tenía un buen amigo que trabajaba como director de fotografía para mí en ocasiones. Le pedí que se llevara su Super 8 y empezamos a grabar por encima del hombro de Conrad Hall, probando cosas diferentes. Lo juntamos todo y pensé que era exactamente lo que Michael necesitaba en ese momento. Era excitante y sexy! Él se veía tan excitante! Ese baile, esa energía!
Se la envié a Sony y recibí un montón de críticas negativas diciendo que no es la clase de pieza que Michael Jackson se merece. No hace más de un par de años que los fans oyeron hablar de esa otra versión de BOTDF y nos pidieron que la subiéramos a YouTube, así que lo hicimos, pero poca gente sabe de este tema.
Yo conocía ese Michael, conocía a ese chico! Sabía que era sexy y divertido! Haciendo bromas divertidas sobre lo bonita que era esa chica de allá, lo guapa que es, mira qué piernas tiene…! Conocía a ese chico y así es como aparece para mí en esa versión de Blood. Realmente ves a un chico, no ves a un ídolo intocable, ves a un hombre! Por eso me gusta tanto esa versión.
En esta versión no es Michael por un lado y los bailarines por otro; él es parte del conjunto. Es lo que intentamos hacer y él lo quería así también. El problema con la versión de 35 mm es que él estaba ausente a menudo y no era la versión final que quería rodar. Había partes que no podía rodar porque él no estaba allí. Tuve que seguir adelante con lo que tenía. Así que estaba bastante satisfecho con ella pero definitivamente mucho más feliz con la versión en Super 8.
Entre las partes que hubiera querido rodar estaba una entera sección de baile muy interesante, con Michael con los chicos por un lado y las chicas por otro con un baile que aprendí en Buenos Aires, durante Evita, llamado Kashangai, mezcla entre Salsa y Tango. Ese baile se lo enseñé a él y al grupo. Había tres grandes secciones de baile. Pero está bien. Cuando tienes a Michael frente a la cámara te olvidas del enfado; te olvidas de que no apareció en los últimos dos días. Para que conste: si no aparecía, todo el mundo cobraba igual, desde los bailarines hasta los cámaras. Era realmente bueno con eso; siempre pagaba a todo el mundo por su tiempo.
Michael está acreditado por primera vez como director pero para ser honestos, él no hizo realmente nada. Nunca se puso detrás de la cámara para ver que estaba pasando ni se sentó conmigo para crear ideas pero así es como son los cosas. Yo tuve la oportunidad de trabajar con él, me pagó bien, siempre me trató gloriosamente y aunque se dio su propio crédito nunca me quitó el mío. A diferencia de lo que hacen hoy día otros coreógrafos, usando mi trabajo y el de Michael Peters, poniendo un pequeño crédito en el último rincón de la última página que nadie se queda a mirar en el cine. Es muy injusto y si Michael estuviera no lo permitiría.
Puedo seguir la pista de cada trabajo que he hecho a 6 grados de separación de Michael. En términos de una constante en mi carrera, tengo que decir que ese es Michael. Fue un gran hombre. Fui lo bastante afortunado como para ser alguien en quien confió lo suficiente para conversar sobre situaciones problemáticas personales que se le presentaron. Me emociono mucho con eso… Se sentaba conmigo y lloraba por cosas que le herían o le perturbaban bien de su familia o por la prensa. No entendía por qué la gente puede ser tan malvada y querían hacerle pedazos cuando la única cosa que él quería era darle a todo el mundo algo nuevo todo el tiempo, algo grande! Lo siento, eso hace que me emocione…
Michael adoraba las puestas en escena teatrales. Quería que creara momentos en el espectáculo que le recordaran a Sammy Davis Jr., uno de sus mayores ídolos. Le parecía genial cuando Sammy interpretaba una canción, se detenía y todo el mundo esperaba a ver lo que iba a pasar, y después continuaba cantando. Eso es algo que Michael comenzó a introducir en sus shows. No recuerdo si ya estaba presente en Australia y Japón (Bad Tour), pero me lo pidió claramente: “Encontremos momentos determinados donde se pueda hacer ese efecto en el espectáculo. Creémoslos, que tengo ganas de trabajar esta idea de pausa”. Al cabo de un tiempo se convirtió en una de sus firmas características. En “She’s Out Of My Life” se paraba y la gente se ponía a gritar. En lugar de detenerse cinco o seis segundos ¡llegaba a pararse uno o dos minutos! Aguantando de pie allí, después hacía un pequeño gesto y eso volvía a la gente aún más loca.
Más adelante quiso hacer algo un poco divertido con “Thriller”, imaginando esa secuencia un poco loca con Greg Phillinganes surgiendo con la máscara de lobo puesta… Era muy divertido. Eran los comienzos de aquellos conciertos en que las puestas en escena eran más elaboradas. Recordando esta gira ahora todo me parece muy infantil y simple, comparado con lo que se puede ver hoy día, pero en aquella época, todas esas pequeñas cosas, como la famosa grúa en “Beat It”, eran grandes novedades. Era algo enorme. Y además, esos pequeños toques de magia, como el de Greg Phillinganes en la carpa surgiendo como un lobo mientras Michael aparece vestido igual en el otro lado del escenario, fueron geniales en su época.
***
Recuerdo cuando hicimos “Black or White”, Michael me dijo: “¡Vincent, ven aquí!”
“¿Para qué?”, le respondí.
“Venga, ¡ven aquí!”
Estaba con alguien y tenía una caja.
Subí por la escalera de servicio que llevaba hasta la azotea.
¡La caja estaba llena de bombas de agua!
Las tiraba a la gente que pasaba debajo. ¡Parecíamos dos niños de seis años!
Tirábamos las bombas y después nos escondíamos para que la gente no nos viera, y Michael decía: “Vincent, mira a ver si pasa alguien”, y yo le respondía: “No, mira TÚ a ver si hay alguien”. Parecíamos dos críos.
***
Durante el rodaje de “Beat It”, en los suburbios, en unos barrios verdaderamente marginales, ya muy de noche, estaba hablando con Michael en un rincón de un edificio cuando, de repente, algo empieza a gotear sobre la camisa roja de Michael. Cuando pasé mi dedo para limpiarla me di cuenta de que era sangre. Miré arriba y había un individuo. Imposible decir si le habían apuñalado o disparado, pero estaba a punto de salir por la ventana arrastrándose para irse por la escalera de seguridad. La sangre procedía de él. Estaba tratando de llegar a la otra escalera para entrar en otro apartamento por la ventana. Fue un momento muy extraño, pero no se puede olvidar que estábamos en pleno corazón de la acción en aquel barrio.
CRÉDITOS: Foro Mjhideout