Ya casi finalizando el Capítulo Nº 6, ahora conozcamos la divertida anécdota entre MJ y Bush:
EL TRAJE MÁGICO
Todo aquel que haya visto a Michael Jackson en concierto sabe que incluía un acto de magia, específicamente un acto de desaparición. Ocurría en mitad del show, justo antes de “Beat It”, lo que siempre echaba el estadio abajo. La magia consistía en hacer ver a Michael con el traje de Beat It sin un cambio de vestuario. Necesitamos cubrirle con capas de ropa para que pudiera llevar los pantalones de Billie Jean y camiseta blanca, debajo de lo que llevara en la anterior canción. El modo de hacer esto fue crear un traje desmontable y fácil de quitar, al que llamamos el Traje Mágico.
El Traje Mágico estaba compuesto de varias piezas unidas con velcro que no fueran vistas ni por la persona más lista. Muchas piezas unidas para crear la sensación de una chaqueta sobre unos pantalones, pero en realidad se trataba de un mono. Cada pieza de velcro y cada costura estaban trucadas para que solo tuviera que agarrar a Michael desde el cogote y tirar, y voilà, el traje salía entero.
Michael interpretaba “Working Day and Night” justo antes del acto de magia. Debajo del Traje Mágico, que variaba dependiendo del concierto (porque llevaba tiempo volver a componer y unir todas piezas de velcro de nuevo), Michael llevaba sus pantalones Billie Jean enrollados y una camiseta blanca.
Para el acto de desaparición durante el Dangerous Tour, llevó a David Copperfield y otras veces a Sigfried and Roy para que crearan la ilusión. Y el traje formaba parte de la estrategia. ¿Cómo podía estar en un lado del escenario con lo que parecían ser un par de pantalones de nylon azul y una chaqueta del mismo color y a los pocos segundos aparecer en el otro lado del escenario llevando una gabardina negra y dispuesto a dejar muerto al público con “Beat It”? Todo el mundo en la gira tuvo que firmar acuerdos de confidencialidad comprometiéndose a no divulgar el secreto.
Sin embargo, se puede confesar que las luces y la pirotecnia son los mejores amigos del ilusionista. Durante el Bad Tour, Michael subía por unas escaleras que le llevaban debajo del escenario. Tan pronto como llegaba al suelo, tenía que correr en la oscuridad hasta el otro lado del escenario conmigo detrás de él esquivando tubos y cables de metal, agarrándole del cogote y tirando del traje. Una vez en el otro lado, le desenrollaba sus pantalones Billie Jean, le ponía su chaqueta Beat It y la gabardina y le sujetaba a la grúa que le elevaba al otro lado del estadio desde el escenario… todo eso en once segundos.
Yo tenía que estar muy concentrado. Tenía que estarlo. Sabía que en un determinado momento del concierto tenía que tener a Michael en un determinado lugar bajo el escenario. Si no, la habíamos fastidiado completamente.
Una vez perdimos la pista. Cada vez que había una situación intensa, Michael y yo caíamos en un incontrolable ataque de risa solo con mirarnos el uno al otro, de modo que una norma no escrita era que no podíamos mirarnos durante este número. A causa de la oscuridad que había bajo el escenario, pensé que me sería de ayuda conseguir una de esos focos de bicicleta que se sujetan a la cabeza y así tener un extra de luz con las manos libres. Bueno, cuando Michael salió de la gigantesca caja negra me echó un vistazo y dijo: “No sabía que Doc de los Siete Enanitos estaba trabajando aquí”.
Eso fue más que suficiente para hacernos perder el compás. Michael se estuvo riendo a carcajadas sobre su micrófono de solapa hasta que le subimos en la grúa.
“No vuelvas a hacerme eso otra vez, Bush”, me advirtió Michael todavía riendo en el coche camino del hotel.
Continuará...