Por: ♥Anaitat♥Twittear
Bubbles
se volvió famoso al tomar té con el alcalde de Osaka, Japón. Esto sucedió
cuando el chimpancé acompañó a Michael Jackson a su gira “Bad” en 1987.
Tanto
lo quería, que lo llegó a vestir con trajes similares y hasta mandó hacer una
estatua de él con Bubbles.
Este
amigo de Jackson de 1,37 metros (4,5 pies) de altura dejó de ser famoso y ahora
vive en un santuario en Wauchula, Florida, donde llegó en marzo de 2005.
En
la actualidad pesa unos 83 kilos (183 libras) y convive con otros célebres
orangutanes.
El
mejor amigo de Bubbles, es otro chimpancé llamado Ripley, que es conocido por
haber aparecido en un episodio de Seinfeld ,
según recoge el “Miami New Times”.
Uno
de los cuidadores del centro explica que Bubbles ahora “es grande, pero es un
encanto”. A Bubbles no le gusta estar frente a las cámaras y les da la espalda
si las ve. Incluso, ha llegado a escupir agua o a tirar arena cuando se siente
violentado por ellas.
El compañero inseparable de Michael
Jackson, Bubbles, ha vuelto a saltar a los medios a sus 33 años. El guión de
una película basada en la vida del chimpancé ocupa el puesto número uno de la Black List de 2015. Un ranking
elaborado en Estados Unidos por profesionales de la industria del cine que
eligen los mejores guiones sin producir. Una lista de la que, en su
momento, formaron parte filmes como Juno, Slumdog millionaire o El
discurso del rey.
Pese a que aún no se han hecho
públicos los detalles de la trama, la historia de Bubbles y Jackson
posee tantos ángulos y aristas que encajaría en casi cualquier género. Probemos.
1. CINE INFANTIL
Los primeros meses de Bubbles
perfectamente podrían formar parte de un guión de Disney. Nacido en 1983 en un
centro de investigación biomédico en Texas que criaba simios para pruebas, el
pequeño chimpancé pronto fue separado de su madre y cedido a un entrenador de
Hollywood (según algunas versiones, como esta
dada por buena por la CNN).
Por aquel entonces la madre de Michael, tal como recordaría años más tarde su hermana Latoya, le permitía “tener cualquier clase de animales en casa excepto monos”. Jackson adquirió a Bubbles y lo metió en el hogar de los Jackson sin ni tan siquiera pestañear.
Por aquel entonces la madre de Michael, tal como recordaría años más tarde su hermana Latoya, le permitía “tener cualquier clase de animales en casa excepto monos”. Jackson adquirió a Bubbles y lo metió en el hogar de los Jackson sin ni tan siquiera pestañear.
2. CIENCIA FICCIÓN
Aunque el chimpancé era capaz de
comprender lenguaje de signos (existen imágenes del
Rey del Pop comunicándose de esta manera con él), Michael quería más. Fascinado
por la ciencia y la cirugía a partes iguales, debió de pensar que sólo le
faltaba hablar para ser perfecto y, también según su hermana La Toya, se
planteó la posibilidad de implantarle cuerdas vocales para, de esta manera, conocer exactamente
todo lo que pasaba por la cabeza de Bubbles.
Afortunadamente, el cantante no fue
capaz de encontrar a ningún cirujano ni veterinario que accediera a sus peticiones
y desistió en su empeño.
3. COMEDIA FAMILIAR
Desde su llegada al clan Jackson,
Bubbles fue tratado como uno más: dormía en una cuna junto a Michael,
usaba su baño, se ponía él solo el pijama, vestía ropa de marca, comía en la
mesa con cubiertos, se cepillaba los dientes, cogía de la nevera helado
Häagen-Dazs y, según afirmó Jackson, le ayudaba con la limpieza de Neverland (punto
que los miembros del servicio desmentirían
después). Bubbles era tan inteligente y aprendía tan rápido que pronto fue
capaz de bailar el Moonwalk casi mejor que su dueño XD.
En muy poco tiempo la imagen de Jackson
con el mono se convirtió en un icono de los ochenta. Inundó revistas,
periódicos y programas de televisión de la época. La fama del primate llegó a
ser tal que el artista Jeff Koons le dedicó una escultura tan
neopop como inquietante.
4. MUSICAL
En su época más gloriosa, Bubbles
participó en videoclips del cantante como: Leave me alone o Liberian
girl. Llegó, además, a realizar una gira por Japón junto al Rey del Pop, el
Bad World Tour. En su periplo por allí protagonizó ruedas de prensa y
sesiones de fotos que eclipsaron al mismísimo Michael y compartió ceremonias
del té con altos mandatarios nipones.
5. TERROR
Pero Bubbles no era un niño sino un
primate. Y, como suele suceder a los chimpancés, al cumplir los ocho
años se volvió tremendamente fuerte y testarudo, lo que suponía un
peligro potencial. La casa (por muchas hectáreas que Neverland tuviera) ya no
era sitio para él y Michael decidió que el simio tenía que abandonarla
antes de que aquello acabara como El resplandor.
Tras su desaparición de la escena
pública, en un intento fallido por prolongar la mediática imagen de la
simpática mascota, fue sustituido (según explican en su actual centro de
acogida) por otros dos chimpancés: Action Jackson y Max, a los que el
público y la prensa confundirían constantemente con Bubbles.
6. DRAMA
El simio pasó a vivir con el
entrenador Bob Dunn y, tras el retiro de éste, fue trasladado al Center for
Great Apes (Centro para grandes simios) donde reside actualmente y
convive con otros chimpancés.
Bubbles jamás volvió ver al
cantante, quien (pese a lo que se llegó a afirmar) no
le incluyó en su testamento. Con quien si volvería a reencontrarse
sería con Latoya con motivo del rodaje de un programa para el canal de
televisión Animal Planet. Un encuentro que acabó con lágrimas:
muchos años (y muchos retoques estéticos) más tarde, él fue capaz de
reconocerla.
7. NOUVELLE VAGUE
La vida para Bubbles ahora es como
una película francesa de las de antes de Amelie,
de esas en las que no sucede nada. Rodeado de chimpancés, no tiene otra
obligación que la de seguir conservando su rol de macho dominante y disfrutar
de la vida. Por cierto, en el Center for Great Apes donde reside buscan
"adoptantes simbólicos" que puedan hacerse cargo de su manutención. A
cambio ofrecen, entre otras cosas, una foto ¿Les suena de
algo?