Por: ♥Anaitat♥Twittear
Era un día lluvioso aquel 29 de agosto de 1958:
Gary, la "ciudad del pecado" como llaman a ese pueblo de Indiana, estaba oscura y triste. Demasiado triste para ese verano tremendamente caluroso que invitaba a salir de las casas y beber mucho.
Pero días atrás, una pandilla de blancos racistas había sembrado el terror en las calles de Gary y muchos eran los que habían olvidado el calor y la sed, sobre todo los negros.
Los Jackson eran unos más entre tantos asustados. Por ello ese día estaban todos reunidos en el amplio living de la casa, mientras de la radio la voz de Elvis Presley inundaba el ambiente.
Papá Joseph jugaba con La Toya. Jermaine y Marlon observaban asombrados el vientre prominente de su madre Katherine que con tanto cuidado y cariño se acariciaba.
Pasado el medio día llegó Mary, la inefable y querida tía Mary. Ella sería la encargada de cuidar las amplias casas mientras "Ma Kathy" permaneciera en el hospital.
"Papá Jo" -como todavía le dicen- preparó su viejo Ford y dio las últimas indicaciones a Mary antes de salir para el hospital.
Luego el trayecto. Katherine mirando el hermoso paisaje de chalets alfombrados con grandes parques. La lluvia le daba un toque irreal a la escena. Sus manos continuaban acariciando su vientre con ternura.
Iba recordando muchas cosas. Por ejemplo el día de su casamiento en 1949, sus 18 años llenos de esperanzas, los 21 de Joseph, elegante enfundado en su traje negro. Su vestido rosado y la promesa ante el juez de ser felices toda la vida. Esa promesa que se había cumplido. Deslizó una de sus manos hacia su esposo y Jo sonrió.
Llegaron al hospital, los médicos se encargaron de Katherine. Eran las dieciocho horas, cuando una figura de guardapolvo blanco se acercó a Jo, le tocó la espalda y levantó un dedo en señal de okey. Joseph perdió la calma y solo alcanzó a exclamar.
-Como fue todo? Qué fue? Como está Kathy?
-Todo perfecto -respondió el médico- lo felicito, es padre de un varón hermoso, sano, robusto y muy gritón... dentro de unos minutos podrá verlo.
Joseph se abrazó al hombre que le hablaba. Una lágrima de felicidad y tranquilidad le corrió por su rostro moreno y rudo. Dijo "gracias" y fue a un teléfono. Desde allí llamó a tía Mary.
-Todo bien Mary... Todo perfecto... Avísales a los niños que mamá está bien y que tienen otro hermanito... Michael... Sí, se llamará Michael...
En Gary aquel 29 de agosto de 1958 seguía lloviendo. Y nadie absolutamente nadie, imaginaba que había llegado a la vida el hombre que años después deslumbraría al mundo con su música, su baile y su voz.
Ese día había nacido en el Memorial Hospital de Gary, Michael Joseph Jackson.
1 comentarios:
¡Que guapo!
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