Por: ♥Anaitat♥Twittear
Tom Jones acaba de publicar su autobiografía "Over The Top And Back", en ella menciona una visita inesperada.
Un día, al principio de los años 80, estoy en la cocina y suena el telefonillo. Miro la pantalla y es Michael Jackson.
La mayor estrella del pop que el mundo haya conocido está en mi puerta con una chaqueta de béisbol y unos vaqueros, con La Toya, su hermana, que le ha traído en coche.
Parece ser que Michael siempre pasaba por delante de mi casa de camino a la de Quincy Jones, le gustaba mi entrada y de vez en cuando había expresado su interés en parar a verla.
Así que les metí en la cocina y les ofrecí una bebida, y Michael dijo que quería agua. Y luego les enseñé la casa.
Michael no podía respirar del entusiasmo. Infantil es la palabra que todo el mundo usa para Michael Jackson, pero no era así. Hubo un montón de "¡guau!". Cuando llegamos al bar de la sala de billar, se fijó en na foto en la pared en la que estoy con Paul, Ringo y Dusty Springfield, tomada en los Melody Maker Awards en septiembre de 1966.
"¡Guau! ¡Ahí está Paul! ¡Mira, LaToya! ¡Fíjate en eso!"
Se quedó prendado con aquella foto y otros recuerdos que tenía tras la barra, fotos mías con Elvis y Frank Sinatra, y las estuvo mirando mucho rato.
Y luego se volvió hacia mí y me dijo, "Guau, Tom. Tuviste una gran carrera".
Me pareció importante corregirle.
"Tengo", le dije. "No tuve. Estoy teniendo una gran carrera".