Por: ♥Anaitat♥
¿Recuerda a Michael Jackson haciendo el «moonwalk»? Sin llegar a ese nivel de virtuosismo, caminar hacia atrás puede parecer una tarea sencilla, pero, en realidad, los científicos no saben cómo trabaja la mente para controlar ese movimiento. La mayoría de los seres terrestres, desde una cucaracha a un elefante y, por supuesto, los seres humanos, andan hacia delante, pero pueden hacer lo contrario si detectan un obstáculo o un peligro en su camino. Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista Science proporciona algunas pistas de cómo retrocedemos. Por primera vez, los genetistas han echado un vistazo a la circuito cerebral responsable de ese comportamiento, al menos en las moscas de la fruta (Drosophila).
Los genetistas del Instituto de Investigación de Patología Molecular en Viena (Austria), la Universidad de California Berkeley y el Instituto Médico Howard Hughes en Ashburn, Virgina (EE.UU.) crearon 3.500 variedades de insectos, cada uno con un interruptor controlado por la temperatura que transformaba redes aleatorias de neuronas cuando las moscas entraban en una incubadora. Un grupo de moscas mutantes comenzó a dar un paseo a la inversa cuando se expuso al calor (en el vídeo, en el lado derecho), por lo que el equipo las apodó «moonwalkers» (caminantes lunares), por el famoso baile de la estrella del pop.
Según el equipo, dos neuronas son responsables de la conducta. Una actúa en el cerebro y amplía sus conexiones hasta el final del nervio espinal, la versión de la columna vertebral en la mosca, que se extiende a lo largo de su vientre. La otra neurona tiene la orientación opuesta, empieza en la parte inferior del cordón nervioso y envía sus cables de mensajería -o axones- al cerebro.
Como en un coche
La neurona en el cerebro actúa como la marcha atrás en un coche; cuando se pone, desencadena caminar de manera inversa. Los investigadores creen que esta neurona es, posiblemente, un centro de mando que responde a señales del ambiente como, por ejemplo, «Eh, veo una pared delante de mí», explican en Science.
La segunda neurona funcionó como un freno para el movimiento hacia adelante, pero no podía obligar a la marcha atrás. Los investigadores creen que puede servir como una prueba de fallos, que por reflejo impide avanzar, por ejemplo, cuando accidentalmente se pisa sobre un suelo muy frío.
Los investigadores continuarán el estudio de estas neuronas y otras que puedan estar involucradas en este movimiento.